Era el año del 2018 cuando recién me había mudado a Barcelona. Por supuesto que a partir de esto mis amigas comenzaron a planear viajes para visitarme y Yeraldí no sería la excepción. A finales de octubre, Yeraldí y su novio (en unos días esposo) realizaron su primera parada en Barcelona. Ellos realizarían un tour por Europa y en unos días nos encontraríamos en París.
Todos llegamos a París en la tarde y ¡nuestra aventura comenzó!
Nos fuimos directo al Airbnb que habíamos alquilado, pero fue toda una odisea conseguir la llave jajaja Nos agarró la lluvia, Yeraldí casi se nos va de paso en un bus y no podíamos abrir la puerta del edificio. Finalmente logramos dejar maletas y en ese momento nos pusimos en modo turistas: ON.
Ya se había hecho de noche y como solo teníamos 48 horas para poder ver todo lo que pudiéramos, decidimos visitar la torre Eiffel para verla encendida con todas sus luces. Al llegar fue un completo shock. Verla en persona fue algo tan maravilloso, quedamos totalmente impresionados. Nos quedamos admirando la arquitectura, tomando fotos y esperamos a que llegara la hora en la que comenzara a parpadear. ¡Wow! Se veía mágico.
Después de estar un rato ahí, fuimos a cenar algo bueno, bonito y barato, aka “McDonald’s” jajaja (sí aunque seamos nutriólogas, también lo comemos de vez en cuando). Cuando terminamos de cenar, regresamos al Airbnb a descansar ya que había sido un día cansado de viaje y queríamos levantarnos desde temprano para aprovechar el día.
A la mañana siguiente, nos alistamos y regresamos a la torre Eiffel para poder hacer el tour completo.
Ese día amaneció haciendo mucho frío y para dos Sonorenses, sentíamos que estábamos a -30 ºC ¡Nos estábamos congelando! Según nosotros habíamos llegado temprano para no hacer tanta fila, pero ¡oh sorpresa! ya había bastante gente. Estábamos super emocionados, Compramos nuestros boletos para poder subir a la torre, recorrimos los tres pisos y las vistas a la ciudad eran espectaculares.
Por supuesto que aprovechamos y tomamos muchísimas fotos (batallando con el viento intenso que hacía). En la primera planta, había una parte del piso que era de cristal, quisimos pararnos en ella pero nos daba terror ya que se alcanzaba a ver todo abajo ¡sentíamos que nos íbamos a caer!
Más tarde, caminamos hacia “La Plaza del Trocadero” para tomarnos la típica foto con la torre Eiffel. Yeraldí y yo nos pusimos en modo America’s Next Top Model y comenzó la sesión de fotos. Tardamos como dos horas y Edder (el novio) se estaba volviendo loco porque quería ir a comer, además que no parábamos de pedirle fotos ¡Upsi!
Fuimos a comer sushi. Sí, sushi en París jajaja fue lo primero que encontramos y para nuestras sorpresa estaba delicioso. De ahí tomamos un bus y llegamos a la “Basílica del Sagrado Corazón”. Pero qué creen? ¡Teníamos que subir muchísimas escaleras para poder llegar! Casi que se nos salían los pulmones en el camino jajaja pero al final valió totalmente la pena. Desde ahí se podía observar París y se veía todo hermoso, por eso la gente se quedaba sentada para admirar la ciudad. Como había demasiada gente no pudimos tomar fotos como nos hubiese gustado pero igual disfrutamos mucho el momento.
Ahora, ¿qué postre es típico comprar si visitas Francia? Claro, ¡Macarons! Pues fuimos y compramos una docena para mí y Yeraldí. Y aquí comienza la historia de los Macarons jajaja más adelante sabrán porque. Viendo nuestro itinerario, tocaba visitar el “Arco del Triunfo”. Paseamos y en ese momento estaba el atardecer, se veía divino. Ah! Antes de eso, estuvimos en la búsqueda de un charm de Pandora. Comencé mi propia tradición de comprar uno en cada ciudad/país que visite. Ahorita mi colección es pequeña, solo tengo de Alemania, París y Barcelona, pero poco a poco irá creciendo.
Se hacía de noche y llegamos al “Museo de Louvre”. Las luces a través del cristal se veía ¡impresionante! No sabíamos si entrar en ese momento o esperarnos al día siguiente, pero como vimos que no había tanta fila, decidimos aprovechar y entrar. ¡Oh my god! Es el museo más grande que hemos visto jamás, era recorrer salas, salas y más salas. Estuvimos alrededor de 2-3 horas ahí y no terminamos de recorrerlo. Por supuesto que lo que no nos podía faltar ver es a la famosísima Mona Lisa. Honestamente, creíamos que la obra iba a ser más grande, pero es ¡muy pequeña! Fue un poco decepcionante jajaja además que estaba lleno de gente para verla.
Después de estar recorriendo todo el museo por tanto tiempo, el hambre nos llegó. Y cerca de ahí nos comimos una crepas deliciosas con un chocolate caliente. ¡Nos supo delicioso y lo calientito nos ayudó a calmar el frío congelante! Regresamos al departamento y caímos rendidos del cansancio.
A la mañana siguiente, como teníamos que desocupar el Airbnb, hicimos maletas y reservamos lugar en “Nannybag” para aprovechar las últimas horas de turistas y no estar cargando con ellas. Pero antes de dejarlas, llegamos al “Moulin Rouge” y nos pasamos al Starbucks que estaba enfrente a comprar algo calientito para el friazo.
Después de descongelarnos un poco, ahora sí fuimos a dejar las maletas y de ahí nos fuimos caminando al Río Sena. De verdad que cada rincón al que íbamos era maravilloso. Aquí nos quedamos un buen rato tomándonos fotos y observando la tranquilidad del río y la zona.
Cómo no pudimos llegar de día al museo de Louvre un día antes, decidimos regresar para poder tomarnos nuestra foto del recuerdo. En el camino, primero pasamos por el “Jardín de las Tullerías” y cómo era otoño todos los árboles estaban pintados de color naranja, café y amarillo y hojas en el suelo. Nosotros estábamos encantados porque no estamos acostumbrados a verlo, ya que en nuestra ciudad no sucede esto.
Como nos quedaba relativamente poco tiempo para irnos al aeropuerto y regresar a Barcelona, teníamos una última parada pendiente: “La Catedral de Notre Dram”. Llegamos, nos tomamos fotos, pero no pudimos entrar porque teníamos el tiempo encima. Cerca estaba el río Sena y vimos que podíamos bajar a verlo más cerca, así que lo hicimos y nos quedamos un rato descansando ¡se sentía paz y tranquilidad!
Llegó la hora de comer y llegamos a un restaurante que estaba ahí cerquita. Honestamente no estuvo ¡wow! pero nos quitó el hambre jajaja Regresamos por las maletas y de ahí directo al aeropuerto.
Ahora, ¡acompáñame a conocer la triste historia de los famosos macarons! Algo tenían en mi contra jajaja resulta que yo era la encargada de cuidarlos y cargar con ellos. En una de las paradas del bus se me olvidaron y los dejé, ya habíamos cruzado la calle e íbamos a entrar al metro cuando alguien pregunta ¿y los macarons? volteo a ver mis manos y ¡no los traía! Lo primero que pensamos: los dejaste en la parada, volteamos y ahí estaban jajaja, el novio de Yeraldí se regreso corriendo y los recuperó.
Después, ya en el aeropuerto de París mientras esperábamos abordar, empezamos a comerlos y justo habíamos dejado los que “según nosotras” iban a estar más ricos para el final y poder disfrutarlos más tarde. Bueno… abordamos, llegamos al aeropuerto de Barcelona y de nuevo los tenía en mi poder. Decido entrar al baño, los pongo encima de mi maleta, bien cuidados y todo el show. Resulta que salgo muy campante y ya íbamos camino al metro para ir a mi departamento. De nuevo alguien pregunta por ellos y ¿qué creen? ¡Habían desaparecido! La teoría es que se me cayeron en el baño cuando agarré la maleta y no me di cuenta. Estaba toda triste porque Yeraldí y yo ya nos estábamos saboreando los “más ricos” que habíamos dejado para el final y resulta que ¡los había perdido! No me quedó de otra más que resignarme. Moraleja de la historia: no me den a cuidar comida jajaja
¡Y así fue nuestro viaje por París! Te dejamos el video del recuerdo que hice. Fact about me: me encanta hacer un travel diary cuando visito algún lugar nuevo.
En resumen te dejamos los lugares que visitamos para cuando vayas, tengas una idea de qué visitar.
- Torre Eiffel
- La Plaza del Trocadero
- Basílica de la Sagrada Familia
- Arco del Triunfo
- Museo de Louvre
- El Jardín de las Tullerías
- Moulin Rouge
- El Río Sena
- La Catedral de Notre Dam
Faltaron visitar muchos lugares, de hecho algo que nos hubiese gustado hacer es pasear en barco por el Río Sena pero no nos alcanzó el tiempo, así que nos queda pendiente para la próxima. Al final, fue un viaje muy apresurado, pero divertido. Lo disfrutamos muchísimo y siempre quedará en nuestra memoria.